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Gerda Taro y las fotoperiodistas de guerra

  • Foto del escritor: MUSAS, cambiando el Arte
    MUSAS, cambiando el Arte
  • 15 mar 2019
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 18 mar 2019



Gerta Pohorylle, así se llamaba realmente la afamada Gerda Taro. Nacida en 1910, en el Imperio Alemán, y en el seno de una familia burguesa judía, sería la primera mujer en convertirse fotoperiodista de guerra fotografiando en diversos frentes de batalla de la Guerra Civil española (1936-1939). Este conflicto fue uno de los capítulos más importantes para la historia de la fotografía siendo el primero que tuvo cobertura por parte de la prensa y de reporteros de todo el mundo. Y entre ellos, ahí estaba Gerda Pohorylle, apodada “el pequeño zorro rojo”, la primera mujer en dedicarse a ello.



Antes de llegar a España para cubrir el conflicto, fue perseguida por el nacionalsocialismo que se había instalado en Alemania en 1933, ya que siempre simpatizó con el socialismo y el movimiento obrero, y fue detenida ese mismo año por hacer campaña contra el gobierno nazi. Esto obligaría a toda la familia a buscar residencia fuera del país.


Tras esto, consiguió escapar a París y donde descubriría su pasión: la fotografía. Es aquí también donde conocería al húngaro André Ernö Friedman, un fotógrafo con el que compartiría, no sólo su vida y profesión, sino también el nombre artístico con el que firmaría sus fotos durante la Guerra Civil: Robert Capa.

Este personaje fue inventado para ambos como una forma de ganar dinero mucho más rápido. España sería el destino perfecto donde poder forjarse una buena reputación, por lo que viajaron a Madrid motivados también por la injusticia social, el antifascismo y los ideales revolucionarios. A pesar de que se suele asociar Robert Capa a André Friedman, la realidad es que las fotos publicadas en nombre de Capa eran realizadas por los dos y es realmente difícil saber cuál fue hecha por uno o por otro, aunque sólo usaría el pseudónimo compartido al inicio ya que Friedman era más conocido y les convenía vender las fotografías, pero pronto empezó a firmar las instantáneas como Taro. Aunque, tal vez, no lo suficientemente pronto ya que se piensa que muchas de las fotografías firmadas como Robert Capa pertenecen a ella y no a Friedman.




La propia Taro acudía viajaba por las zonas de combate para realizar las fotografías con su cámara Leica, cubriendo frentes como el de Barcelona, de Aragón y de Madrid. Existen muchas razones por las que no es tan reconocida, una de ellas sea probablemente que se dedicó de forma profesional a la fotografía desde agosto de 1936 a julio de 1937, donde encontraría la muerte en el frente de Brunete. A esto le afectó que la Guerra Civil fuese seguida de la Segunda Guerra Mundial, que Franco destruyese gran parte del material producido por fotógrafos republicanos, el hecho de ser comunista y mujer y, en cierta manera, la “apropiación” o “relación” de Robert Capa a sólo André.





Muchos afirman de ella que no sólo era una fotógrafa talentosa, sino la primera fotoperiodista que además murió en la guerra, en plena acción. Demostró la capacidad de vender su trabajo bajo un seudónimo masculino, pero también el riesgo que suponía que su legado fuese absorbido por el nombre de un hombre más famoso. Gerda Taro marcaría un antes y un después en el fotoperiodismo de guerra junto a Tina Modotti y Kati Horna, las cuales también fotografiarían el conflicto español. Después de ellas fueron otras las que se lanzaron a acudir a los campos de batalla y a fotografiar la violencia de los conflictos bélicos. Taro fue la primera, pero no la última.


Claro es el ejemplo de Lee Miller, fotoperiodista estadounidense que trabajó durante la Segunda Guerra Mundial como corresponsal del Ejército de Estados Unidos. Acudió a Dachau a finales de abril de 1945, lugar en el que se dedicó a fotografiar a las mujeres que estaban en el campo de concentración y de las cuales los nazis abusaban.


Cathy Leroy, reportera francesa en la Guerra de Vietnam es también famosa por su secuencia tomada en 1967 de un soldado que sostiene a su compañero en brazos para comprobar si sigue vivo. Gran referente sobre la fotografía de la Guerra de Vietnam publicaría incluso en la revista Life y, posteriormente, seguiría cubriendo frentes de guerra en otros países como Irlanda del Norte, Chipre, Somalia o Afganistán. Sería, además, la primera mujer en recibir el Robert Capa Gold Medal, un premio por el mejor reportaje fotográfico publicado desde el extranjero por sus fotografías de la guerra del Líbano.


Otra de ellas es Lynsey Addario, fotoperiodista que ha trabajado en las zonas de Asia y África como Afganistán, Iraq, República del Congo, Haití o Libia. Fue en este último lugar donde fue secuestrada junto a otros tres periodistas en marzo de 2011, pero serían liberados unos días después. Ha sido galardonada en diversas ocasiones y ha trabajado para prensa bastante reconocida.


Como bien podemos ver, el fotoperiodismo de guerra ha sido indispensable para retransmitir todo aquello que sucedía en los diversos conflictos que ocurrían a lo largo del globo terráqueo. Muchas mujeres han sido las que han participado en ello, las que con sus fotografías han ido influenciando y cambiando la sociedad, captando los momentos fundamentales de guerras a lo largo de la historia, teniendo sus años dorados en la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, y que ha estado protagonizado en muchas ocasiones por mujeres que no han dejado que los estigmas sociales las recluyeran, sino que salieron al frente a hacer su arte: fotografiar.

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