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J. K. Rowling

  • Foto del escritor: MUSAS, cambiando el Arte
    MUSAS, cambiando el Arte
  • 15 mar 2019
  • 10 Min. de lectura

Joanne Rowling, más conocida como J. K. Rowling, nació en el año 1965 y creció entre Gloucestershire, Inglaterra, y el sureste de Gales. Ya desde bien pequeña estuvo rodeada de libros, tanto fue así que, a los seis años, escribió su primer relato al que tituló como Rabbit y a los once años la que podría ser su primera novela que trataba sobre la historia de siete diamantes malditos y quienes los poseían.




Ya en la Universidad decidió estudiar francés y estudios clásicos. Esto le otorgó un conocimiento muy exhaustivo del mundo clásico que reflejará en su obra más conocida: Harry Potter, ya que muchas de las palabras que usa provienen del latín. Después de graduarse se mudó a Londres y comenzó a trabajar para Amnistía Internacional como investigadora. Ella lo recuerda como “una de las experiencias más humildes e inspiradoras de mi vida”. En el año 1990 la idea del libro de Harry Potter empezó a rondar en su cabeza. Más en concreto durante un viaje a Manchester en el que el tren se averió:


Iba en tren de Manchester a Londres, sentada allí, sin pensar en nada que ver con la escritura y, de repente, la idea surgió de la nada y podía ver a Harry muy claramente: ese niño pequeño y escuálido era la emoción más física. Nunca me he sentido tan entusiasmada con otra cosa que no fuese la escritura. Nunca tuve una idea que me diera una respuesta tan física. Así que empecé a hurgar en mi bolso para sacar un bolígrafo o un lápiz o cualquier cosa. No encontré nada, así que solo tuve que sentarme y pensar. Y durante cuatro horas, debido a que el tren se retrasó, tuve todas esas ideas burbujeando en mi cabeza.


Cuando llegó su casa empezó a escribir en una hoja todas aquellas ideas sobre magos. Esta etapa duró durante cinco años. Cinco años en los que se dedicó a escribir los siete libros de la serie.

Poco después se tuvo que mudar a Portugal y junto a ella se llevó todas sus notas y sus escritos para poder seguir con ello. Estando allí contrajo matrimonio con Jorge Arantes en 1992 y en 1993 tuvieron a su hija Jessica. Un matrimonio que, debido a diversos problemas, terminó a los pocos años. A pesar de ello, Joanne, no abandonó su pasión y decidió irse con su hija a Edimburgo y formarse como maestra para, más tarde, dar clases en las escuelas.


Cuando terminó de escribir todos los libros empezó a probar suerte enviando los tres primeros capítulos a varios agentes literarios. Uno de ellos le respondió diciéndole que si tenía más que se los enviara. Tras conseguir un agente literario que la representara, ahora venía la tarea más ardua: encontrar una editorial que lo publique. El primer libro fue rechazado por doce editoriales, pero un año más tarde, en 1995, una pequeña editorial británica tomó la decisión de publicarlo. No será hasta el año 1997 que esto se cumpla. Se hicieron mil copias impresas de Harry Potter y la piedra filosofal, quinientas de las cuales fueron distribuidas en bibliotecas. Cinco meses más tarde el libro ganó su primer premio: Premio de Libros para niños Nestlè. Al año siguiente ganó el Premio del Libro Británico y el Premio al Mejor Libro Infantil. El libro fue publicado bajo el nombre de J. K. Rowling. La ‘K’ viene de Kathleen, nombre de su abuela paterna. Su editor fue quien le dijo que debería incluir la letra, ya que si ponía su nombre no iba a atraer la atención de los compradores.

Harry Potter y la cámara secreta fue publicado en julio de 1998. Ese mismo año, el primer libro se publicó en Estados Unidos bajo el nombre de Harry Potter y la piedra del hechicero. Un cambio que J. K. Rowling no pudo impedir en su momento. Un año después se publicó Harry Potter y el prisionero de Azkabán y con él ganó su tercer Premio al Mejor Libro Infantil. El cuarto libro, Harry Potter y el cáliz de fuego, fue publicado al mismo tiempo, en el año 2000, en Reino Unido y en Estados Unidos batiendo el récord de ventas en tan solo 48h. Ante la publicación del quinto libro también hubo que esperar tres años. Harry Potter y la orden del Fénix era un libro tan largo que la escritora reescribió tres veces un capítulo al no sentirse segura. El sexto libro: Harry Potter y el misterio del príncipe- se publicó en el año 2005 y el último libro: Harry Potter y las reliquias de la muerte, en el año 2007. Los dos con récords de ventas.




J. K. Rowling también ha escrito libros complementarios a Harry Potter y otras novelas dirigidas a un público adulto. Dentro de estas, nos encontramos con una serie de novelas de crímenes que se empezaron a publicar en el año 2013. En estas usa el pseudónimo de Robert Galbraith. Los libros de la serie de Harry Potter han sido traducidos a más de sesenta lenguas, entre las cuales están las lenguas minoritarias como el latín, el griego antiguo, el galés y el irlandés. Esto hecho nos hace ver la gran demanda de la serie.


Como cualquier escritor, la influencia es muy importante a la hora de crear un estilo propio literario. Como hemos mencionado anteriormente, la autora realizó estudios clásicos y estos le han proporcionado un amplio conocimiento de la literatura clásica. En sus obras se refleja ese mundo mitológico, pero también se puede observar una diversidad cultural a través de imágenes, personajes y temas. También se puede observar la estructura del cuento popular, es decir, nos presenta a un huérfano, humillado por algún familiar y que tiene a un valedor, además, las aventuras vienen dadas por unos acontecimientos que proceden de un mundo especial que les obliga a abandonar el suyo para introducirse en él, rompiendo las reglas del espacio y el tiempo.


Los libros de Harry Potter, en algún momento, rememoran a Tolkien, pero también encontramos detalles de grandes escritores como Dickens, Ende, Carroll o Cervantes. Pero es, sin duda, Le Guin una de sus grandes influencias. Le Guin es fue una de las escritoras de renombre gracias a sus obras de fantasía y ciencia ficción. En ella se ven reflejadas las influencias de la literatura celta y escandinava, donde aparecen como protagonistas las leyendas, los mitos y las hadas. Todo ello ayudó a J. K. Rowling a crear su propio mundo de fantasía.


Respecto a la estructura, por un lado, seguimos rememorando la estructura de la novela clásica: hay una sucesión perfecta de episodios, páginas y secuencias; el tiempo es lineal, pero con saltos al pasado que se justifican previamente. Por otro lado, sus narraciones también siguen una estructura tradicional al segmentarla en libros y capítulos. Esta segmentación (al igual que la extensión de los capítulos) es muy importante para el ritmo de la narración puesto que con ella una obra puede ser más pesada o más ligera.


El estilo de la escritora también puede analizarse desde otros aspectos como, por ejemplo, la voz y la focalización visual (es la técnica narrativa): con estos dos aspectos la autora interactúa con los lectores de una manera determinada, siempre teniendo en cuenta el rango de edad al que van dirigidas sus obras; en los temas que van a protagonizar las historias: la magia, los animales, las plantas, etc. todos estos factores influyen en la novela fantástica, ya que los conocimientos que se tienen que tener al respecto debe ser amplio y coherente; el lenguaje que usa, como los juegos de palabras, los latinismos, los términos de nueva creación o el uso de otras lenguas. Esto también requiere un estudio exhaustivo y una dedicación a la hora de seleccionar aquello que entra en la estructura de la historia. La escritura que ha elegido la autora ha sido sencilla, esa que engancha de manera directa a los lectores, expresa conceptos de manera clara y con recursos estilísticos simples. Sí es cierto que a lo largo de los libros va utilizando un estilo mucho más descriptivo y pausado, debido a la edad de los lectores. La utilización de un discurso directo también llama la atención.


Los libros infantiles y juveniles han presenciado una innovación en la temática. Ya en los años setenta empiezan a mostrar un interés por la literatura fantástica centrándose en la magia. Esta es el eje temático de los libros de J. K. Rowling. Es en la realización de los hechizos donde nos encontramos las referencias clásicas de la autora. A la hora de escribir literatura infantil el autor tiene que tener en cuenta a quién va dirigido, de esta manera estos libros presentan unos valores literarios y también un aspecto crítico que ayuda a los niños o adolescentes a diferenciar lo que es literatura y lo que no, aunque en muchas ocasiones esto tiene que acompañarse de la ayuda de un educador.


Los libros de fantasía buscan esos valores que hemos nombrado antes, en el caso de J. K. Rowling nos encontramos diversos valores que la autora ha querido dejar claros a lo largo de las historias sin llegar a confusiones, por ejemplo, la concienciación del medio ambiente. Pero también trata temas como la segregación, la esclavitud o la intolerancia. En los primeros libros se expresa de una manera humorística, haciendo que los niños se alejen psicológicamente de los temas, pero a medida que pasan las series, trata los temas de manera más descriptiva, haciendo partícipes a los niños de una manera directa y sin dramatismos.

A pesar de que su estilo y sus obras han sido cuestionados en algún momento por su calidad literaria, indudablemente, J. K. Rowling es una de las escritoras con más capacidad imaginativa en la actualidad. Su invención se ve desbordada en cada historia, y la facilidad narrativa es maravillosa. Por esto es considerada una de las mejores escritoras de cuentos infantiles. Un mundo que siempre ha sido difícil de manejar.

El éxito de la saga de Harry Potter es innegable, teniendo una cifra de ventas superior a los 500 millones, se trata de la saga de libros más vendida de la historia: Cuando el primer libro, “Harry Potter y la Piedra Filosofal” fue publicado en los años 90, había dos corrientes literarias que estaban de capa caída: las novelas sobre estudiantes que sufren una serie de aventuras en el colegio y la literatura fantástica.




JK Rowling unió estos dos géneros para crear la saga de Harry Potter: una historia que mezcla las aventuras de un estudiante común en el colegio y la magia. Con la publicación de sus libros JK Rowling consiguió revivir ambos géneros, los cuales llevaban muertos desde hace décadas. La ultima novela sobre estudiantes en Reino Unido que había tenido éxito antes de la publicación de Harry Potter eran las historias escritas por Enid Blyton en 1950. Lo mismo ocurre con la literatura fantástica: en los años 90 nadie quería escribir sobre fantasía, ya que se trataba de un género poco popular y prácticamente dominado por las obras de JRR Tolkien.

La llegada de Harry Potter cambió todo esto ya que, a presentar el género fantástico mediante un mundo mágico, “realista” y accesible tanto para niños como para adultos se abrió la posibilidad de escribir literatura fantástica mucho más ligera que la escrita por Tolkien, lo que hacía que fuera accesible a personas que nunca antes se habían interesado por el género. Además, la inclusión de la obra de JK Rowling hizo que las editoriales de todo el mundo se dieran cuenta de que la literatura juvenil podía resultar atractiva no sólo a jóvenes, si no a todo el mundo.


La saga de la escritora británica también afectó a una generación entera de niños y adolescentes que nunca se habían planteado la lectura como hobby antes de leer Harry Potter. Esto no sólo hizo que millones de niños se volcaran en leer la saga, sino que creó una generación entera de lectores que, tras haberse introducido en la literatura mediante Harry Potter, pasaron a disfrutar de todo tipo de novelas como adultos.

Esto también tubo un fuerte impacto en la industria literaria ya que, desde que fue publicado el primer libro de la saga en 1997, el número de libros juveniles publicados mensualmente a nivel mundial aumentó drásticamente. Además, también cambió la percepción que se tenía de la litera juvenil, ya que en 1996 un libro dirigido a este público contenía 140 páginas de media, mientras que en 2006 la media estaba en 300.

De igual manera la literatura fantástica fue revolucionada gracias a JK Rowling. Antes de sus obras, las novelas de literatura fantástica ponían mucho énfasis en problemas sociales, sobre todo en la literatura infantil y juvenil. Sin embargo, Harry Potter centra su argumento prácticamente en su totalidad en el aspecto fantástico del mismo. El impacto en el género fue tal que se creó un nuevo subgénero: la literatura hibrida, la cual puede ser leída tanto por adultos como por niños. Esto se debe a que, pese a estar concebido originariamente para un publico juvenil, la saga de Harry Potter acabó vendiendo más entre adultos, llegando al punto en el que un 80% de los libros de Rowling eran comprados por adultos.


Otra idea radical que JK Rowling introdujo en la literatura fue el concepto de que el héroe fuera envejeciendo y madurando a la vez que lo iba haciendo la saga. Hace 20 años eso era prácticamente inexistente, y permite a los libros abordar temas mucho más complejos que quedan fuera del alcance de la literatura juvenil. Pese a que se trataban de novelas dirigidas a niños, JK Rowling supo introducir realidad emocional en sus obras, un ejemplo que muchas sagas han seguido desde entonces.


La saga de JK Rowling no solo tuvo influencia en el mundo de la literatura, sino que fue mucho más allá. El mundo fantástico creado por la escritora no se queda en los libros, sino que va mas allá y tiene efectos duraderos en la sociedad. Por primera vez en la historia, la literatura fantástica era introducida en la cultura popular y aceptada por todo el mundo. Hoy en día no hace falta ser un fanático de la literatura o el cine fantástico para disfrutar de las obras de JK Rowling, y esto tuvo un impacto que ha llegado a obras más modernas. Por ejemplo, la saga “Canción de Fuego y Hielo”, la cual trata de un mundo medieval fantástico, es conocida por todo el mundo, principalmente gracias a la adaptación televisiva “Juego de Tronos”.

Esto, antes de la publicación de Harry Potter era impensable, ya que la cultura popular estaba muy cerrada a la literatura fantástica, y fueron las obras de JK Rowling las que cambiaron esto, del mismo modo que la saga de “La Guerra de las Galaxias” introdujo la ciencia ficción en la cultura popular. De la misma forma, la saga dio pie a un nuevo tipo de fans que llevaban su amor por la saga más allá de los libros, realizando convenciones y dando pie a los “fan fictions”: historias, cuentos o relatos escritos por los fans. El fenómeno del fanfiction se dio en la saga de Harry Potter como no se había dado nunca, y muchas de estas historias desembocaron en obras o novelas propias, como es el caso de “Instrumentos Mortales”, una saga de la autora Cassandra Clare que surgió originariamente como un relato fanfiction de Harry Potter. Por tanto, los fans de Harry Potter fueron los primeros que crearon una serie de novelas u otro tipo de contenido a raíz de la saga.


Lo que hizo posible todo esto fueron las obras de JK Rowling. La saga de Harry Potter se convirtió en un fenómeno a nivel mundial que impactó en las sociedades de todo el mundo, así como en el mundo de la cultura y la literatura sin precedentes. Aun así, y pese a que hoy en día JK Rowling es considerada todo un ejemplo del cambio que una mujer puede ejercer a través del arte, no lo tuvo fácil. Cuando estaba tratando de publicar el primer libro de la saga, muchas editoriales rechazaron su idea e incluso fue animada a firmar el libro con un nombre masculino para que se vendiera mejor. Es gracias a que ella se mantuvo fiel a sus ideales que hoy en día es considerada un ejemplo perfecto de como una mujer puede cambiar el arte a través del arte.

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